Estudio revela que gasto en energía de mineras llegó a US$ 4.661 millones y suministro de renovables asciende a 67%
Antofagasta es la región con mayor consumo energético tanto en combustibles (61%) como en electricidad (57%). La región de Atacama cuenta con una participación del 10% del consumo energético total de la minería.
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La minería es uno de los grandes consumidores de energía del país. Para ser exactos, representa el 15% del consumo agregado de Chile en 2022, según un estudio de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), quien calculó que este gasto ascendió a US$4.661 millones el año pasado, de los cuales US$ 2.570 millones corresponden a consumo de electricidad del sector y US$ 2.091 millones están asociado al consumo de combustible.
El reporte de Cochilco considera un total de 53 operaciones mineras, entre las que se encuentran gran y mediana minería, fundiciones y refinerías, que representan al 99% de la producción de cobre nacional.
En términos productivos, los tres procesos más intensos en demanda energética son la mina a rajo abierto, que concentra el 40% del consumo energético total. Le sigue el proceso de concentración, con el 29% de la demanda de energía, y el proceso de lixiviación, con 13%.
Para el caso del consumo de combustibles, la mina rajo se lleva el 79% del total de combustibles, seguido por fundiciones, con un 7%. Para el consumo eléctrico en cambio, el proceso de concentradora es la fuerza dominante con un 52%, seguido de la electro-obtención, con un 19%.
A nivel regional, Antofagasta es por lejos la región con mayor consumo energético tanto en combustibles (61%) como en electricidad (57%). La región de Atacama por su parte cuenta con una participación del 10% del consumo energético total; las regiones de Coquimbo y Valparaíso en conjunto con el 12%; las regiones de O’Higgins y Metropolitana con el 15% y la región de Arica y Parinacota, con un 6%.
En relación al consumo por tamaño, la gran minería privada del cobre fue responsable de alrededor dos tercios del consumo tanto de electricidad como de combustibles durante el año 2022, mientras que la gran minería estatal, representada por Codelco, representa el 28% de combustibles y 26% de la electricidad.
El reporte de Cochilco reveló que la minería del cobre continua enfrentando requerimientos energéticos crecientes, por temas estructurales como el envejecimiento de las minas, el endurecimiento de la roca, la caída de las leyes de cobre, como por temas productivos y la tendencia hacia la producción de concentrados y la mayor necesidad de agua lo que implica la construcción de plantas desalinizadoras y la impulsión de agua de mar.
En relación a la integración de energías limpias, en el año 2022, el 67% de la demanda eléctrica total del sector minero utilizaba suministro renovable. Codelco tiene una de sus operaciones con contrato de suministro renovable y este suministro representa el 13% de su consumo eléctrico total.
Electromovilidad
La investigación de Cochilco destacó la electromovilidad ya ha empezado a implementarse en la minería del cobre, principalmente en el transporte liviano, como iniciativas para reemplazar combustible. Ejemplos de ello son el uso de taxis y buses eléctricos para el traslado de trabajadores y de equipos en zonas de operación.
De esta manera, el 86% de las operaciones de la gran minería del cobre ya tiene planes de electromovilidad o transporte bajo en emisiones. En el caso de Codelco, este porcentaje alcanza al 75% de sus operaciones, en tanto en mediana minería, el 50% de sus faenas cuentan con avances en la materia. Enami aún no tiene planes de electromovilidad implementados, reseñó Cochilco.